Qué decir de este maravilloso lugar que no sepáis… Es uno de los parajes más bellos de Castilla la Mancha, entre Albacete y Ciudad Real. Dieciséis lagunas de agua cristalina que escalonadamente forman espectaculares cascadas y torrentes hacen del lugar el sitio perfecto para darse un buen baño cuando el calor aprieta, y para relajarse y disfrutar de la naturaleza en otras épocas del año. Motivos suficientes para levantarse por la mañana (no muy pronto, ya lo sabéis), preparar la mochila dotada con un buen bocadillo o una buena tortilla española y ponerse en marcha, no os parece?
Yo he visitado el parque natural varias veces, así que, en esta última ocasión decidimos tomar alguna ruta alternativa, además de las que suelo hacer paseando y junto las lagunas.
De vuelta a Toledo, dirección Osa de Montiel y pasada la ermita de San Pedro, encontramos el camino de arena que nos llevaría a pie de la fortaleza militar que hay dentro del parque:el castillo de Rochafrida, quizás menos conocido. Dice la leyenda que en él vivía una doncella, doña Rosafrida, que lloraba la ausencia de su amado, el caballero Montesinos.
Del fuerte quedan muy pocos restos, sólo una pequeña parte de lo que lo fue su muralla y parte
de lo que pudo ser un torreón, así que no os decepcionéis si decidís visitarlo. Si es verdad que no disfrutaréis mucho de dichas ruinas aunque sí de las excepcionales vistas que divisaréis desde arriba, y con un poco de imaginación, podéis hacer del paseo que conduce a ellas una verdadera aventura, doy fe. Esta discurre por un frondoso y bonito bosque repleto de lodazales.P.D. Es recomendable seguir al pie de la letra la senda que llega hasta el castillo, siempre y cuando no vayáis preparados con útiles de escalada, lo digo por experiencia...