Después de disfrutar de la familia, amigos y del mar en mi tierra natal,toca volver a Toledo y seguir conociendo el interior de la península. Así que, siguiendo las recomendaciones de mi hermano, decidimos tomar rumbo al Palacio Real de La Granja de San Ildefonso (Segovia) con mis amigos del alma manchegos.
El encantador pueblo donde se haya ubicado el palacio está a una hora y media más o menos de Toledo y poco menos de una de Madrid (98 kms.), así que no es necesario darse el madrugón si vais desde alguno de los dos puntos. Nosotros llegamos sobre las 10:30 h a la entrada del pueblo (desde Madrid por la AP6), donde encontramos el pantano de Pontón Alto.
Las fotografías están tomadas desde el puente que hay en la entrada al pueblo y corresponden a cada uno de los dos lados de éste. Como podéis ver, a uno de los lados, el agua está completamente helada y hay unas preciosas vistas a la sierra, y al otro, el agua está tan tranquila que se puede gozar de unos reflejos casi perfectos del bello paisaje que hay en la superficie.
Una vez en el pueblo, siguiendo las indicaciones hacia el casco histórico, entramos por una inmensa puerta con reja incluida que da acceso al mismo y nos encaminamos hacia el Palacio por bonitas calles adoquinadas.
Una vez en el casco, encontramos un bonito paseo con árboles que parecen antiquísimos por su altura y el espectacular edificio monumental al fondo.
Nosotros, por falta de tiempo, decidimos visitar únicamente los jardines, los cuales, no terminamos de ver en un paseo de más de hora y media, pero la visita al interior parece totalmente recomendable. Estos, están formados por decenas de calles paralelas y perpendiculares donde, en cada vértice, encontramos una fuente, estanque o escultura.
Como podéis ver, es realmente espectacular y está cuidado al detalle, con la particularidad de que, en esta época, el agua de la mayoría de fuentes y estanques está cubierta de una gruesa capa de hielo .
Os dejo el link donde encontraréis información detallada respecto horarios, tarifas, etc. por si estáis interesados en hacer una visita a este bello paraje , pinchando aquí.
Después de este corto pero productivo paseo, es imposible no probar algunos de los platos más típicos de Segovia en alguno de los tantos restaurantes del pueblo: judiones de primero y cochinillo asado de segundo. Muy bueno aunque no muy ligero para los que estén a dieta o los que quieran perder los kilos que se hayan sumado durante las copiosas comidas navideñas.
Con el estómago lleno y habiendo entrado en calor, decidimos retomar nuestra ruta de vuelta a casa pasando por Navacerrada, la cuál, esperábamos encontrar hasta arriba de nieve. Nos decepcionó mucho ver nieve sólo en la pista de esquí, así que no perdimos mucho el tiempo y decidimos hacer una parada en el Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Como en todas las ocasiones que he ido a este espectacular lugar, no he llegado a tiempo para visitar los jardines ni el interior pero, aún así, sólo el exterior, es digno de admirar, lo que me hace tener más ganas de volver y hacer la visita completa.
Con este maravilloso atardecer, terminamos la última ruta hasta ahora y una de las primeras del año.
Hasta pronto!!!
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